Hay trabajos más duros que otros, y no me refiero a trabajos físicos esos no me cuestan los asumo con alegría,   pero los hay emocionales que te dejan muy tocada, pero a la vez contenta de poder ayudar a las personas aunque solo sea un poquito.

Cuando una de las personas que más amas en el mundo te deja como es el caso de un hijo, ese dolor es una gran cicatriz con la que hay que aprender a vivir, y que dolerá siempre, aunque la verdad es que no puedo ni siquiera imaginarlo.

Pero siempre quedará su recuerdo que la acompañará por el resto de vida.

Un encargo lleno de emoción y sentimiento,  un recorrido por su vida desde bebe hasta los últimos días, todo en un precioso álbum y hecho con el máximo amor por mi parte.

Un regalo para la abuela para que pueda mirarla cada vez que lo necesite.

Has entrado en mi corazón…